Por Jose Luis Angulo

El 9 de marzo de 2022 se encontró, a mas de 3.000 metros de profundidad en el mar de Weddell, el navío Endurance, aquel que en 1914 navegara, comandado por el explorador irlandés Ernest Shackleton, desde Londres rumbo a las heladas tierras antárticas. Con este hallazgo se podía dar por cerrada, la que para muchos es, la mas dura historia de supervivencia en el mundo de la exploración y cuyo propósito había sido atravesar la Antártida pasando por el Polo Sur. Si lo hubieran conseguido habría sido la primera en cruzar el ultimo continente, unos 2.900 kilómetros desde el Mar de Weddell hasta el Mar de Ross. Pero no fue así y el barco, aprisionado por el hielo, se hundió el 21 de noviembre de 1915 dejando a su tripulación, compuesta por 28 hombres, totalmente a la deriva. A partir de aquel momento el rescate de aquellos exploradores se convirtió en una legendaria epopeya. El libro Sur, escrito en primera persona por el propio Shackleton, es la narración exhaustiva de aquel viaje.

“El Jefe”, como le llamaban sus hombres, partió tras el hundimiento de su barco, junto a otros cinco en un ligero bote de apenas 6 metros, el James Caird, desde Isla Elefanta hacia Georgia del Sur. Atrás quedaban los dos meses que habían permanecido todos juntos sobre un bloque de hielo flotante de unos dos kilómetros y medio cuadrados y que poco a poco se fue fragmentando y derivando hacia el norte a merced de los vientos. También dejaban atrás el campamento relativamente seguro en tierra firme donde se habían refugiado. La decisión estaba tomada por el propio Shackleton, no quedaba otra que salir en busca de quien los pudiera rescatar. Navegando, en el James Caird, por aquellas gélidas aguas y bajo terribles tormentas los expedicionarios consiguieron recorrer 1.200 kilómetros en 16 días. La lucha contra el mar fue titánica. “No tengo dudas de que la Providencia nos guio, no solo a través de los campos de nieve, sino a través del mar de espuma blanca” escribió Shackleton, pero cuando arribaron a la costa sur de la isla de Georgia del Sur, no estaba todo hecho, tuvieron que caminar 36 horas por un escarpado y peligroso territorio hasta llegar a una estación ballenera.

Una vez allí, salieron a rescatar a los compañeros que habían quedado en el campamento, pero este primer intento no tuvo final feliz, el hielo impidió aproximarse al barco. De regreso intentaron conseguir otro navío en las Falkland, pero no había ninguno disponible, poco más tarde y desde Montevideo el gobierno uruguayo mando un barco hasta Port Stanley que partió inmediatamente, en esta ocasión tampoco el grosor del hielo les permitió acercarse, finalmente el Yelcho, un vapor chileno y que había partido desde Punta Arenas, consiguió llegar hasta donde se encontraban los 22 hombres que habían permanecido allí cuatro meses y medio de espera.

El grupo del Mar de Ross, que también formaba parte de la expedición, y cuya tarea era dejar depósitos de alimentos para el otro grupo comandado por Shackleton cumplieron con precisión su cometido. Aunque no estuvo tampoco exento de sufrimiento ya que fallecieron dos hombres.

A pesar de conocer el desenlace de la historia, el libro se lee como si se tratara de una novela. Nos emocionaremos con los preparativos de los barcos, sufriremos leyendo las penalidades que padecieron aquellos intrépidos expedicionarios, nos alegraremos cuando finalmente son rescatados y por último nos invadirá la pena al saber que algunos de ellos murieron meses más tarde, de aquel legendario viaje, en los campos de batalla de la Primera Guerra Mundial.

Aunque la expedición no consiguió el objetivo previsto, su jefe, Ernest Shackleton, fue hasta el día de su muerte respetado y venerado por sus hombres. Eso dice mucho de su dosis de liderazgo, siendo en la actualidad su figura y esta legendaria expedición estudiada en las mejores escuelas de negocios del mundo.