Por Jose Luis Angulo.

Desde muy niño me atrajo el mundo de los piratas. Por aquellos años tenía una imagen de aquellos hombres y mujeres, que de todo hubo en esto de convertirse en pirata, corsario, filibustero o bucanero, un tanto romántica, debido a las novelas de aventuras, como La isla del tesoro, o a las películas de Hollywood. La realidad era sin duda muy diferente y precisamente este libro ayuda a poner muchos puntos sobre las ies ya que abarca la historia de estos legendarios personajes desde sus inicios allá por la mitad del siglo XII, hasta los más modernos piratas somalíes que a menudo, al menos hace algunos años, aparecían en nuestros noticieros.

El libro, atrae desde su portada, en ella figura en color negro, la famosa “jolly roger”, la enseña pirata por excelencia, aunque en este caso no es la famosa calavera con huesos cruzados sino la que utilizaba el famoso pirata Jack Rackham, conocido como Cálico y qué en vez de huesos, usaba dos espadas.

En antiguas culturas como la de los vikingos o en los habitantes de las costas de Malasia ser pirata era un símbolo de admiración y respeto y desde luego no era sencillo ni exento de riesgos dedicarse a esa lucrativa pero peligrosa actividad.

Peter Lehr es un experto en terrorismo y conoce bien la relación entre este y la piratería. En este libro,el autor va desgranado minuciosamente muchos aspectos de esta actividad desde sus inicios como una necesidad económica, como se organizaban y creaban estos grupos, las técnicas de asalto y abordaje, los puertos y escondrijos que se utilizaban como por ejemplo Port Royal, isla Tortuga, Macao, Argel o Tripoli, la connivencia en muchos casos de las autoridades locales y de los propios gobiernos que favorecían esta actividad con aquella máxima de “ un pirata es menos pirata si trabaja para nosotros” apareciendo entonces “ la patente de corso”, es decir, alguien autorizado a atacar los barcos enemigos y compartir las ganancias obtenidas, hasta la más moderna y contemporánea piratería actual que ha renacido cuando ya todos pensábamos que era algo que había sucedido en el Caribe en los siglos XVI y XVII.

Por las paginas del libro van desfilando personajes como el Monje Negro, un pirata francés del siglo XII, el monje budista chino Xu Hai que en el siglo X colgó los hábitos y se dedicó a esta otra actividad por los mares de China, Umur Pacha, el pirata turco o el castellano Pero Niño, también el indio Kanhoji Angre, el chino Coxinga, el español Alfonso Contreras, los Hermanos de las Vituallas, piratas del mar Báltico del siglo XIV, el cubano Diablito, o los mas conocidos Henri Morgan, Francis Drake, John Ward o el capitán Kidd.

Pero si pensamos que con el trascurrir de los años los piratas han desparecido nada más lejos de la realidad. Quizás este sea un novedoso aporte que hay que agradecer al autor, ya que en libros o estudios de esta temática no suelen detenerse en la piratería moderna.

En lugares como Somalia, Nigeria, cuyos piratas son extremadamente violentos, o algunas islas de Filipinas o Indonesia donde esta lucrativa, aunque peligrosa actividad ha ido en aumento en nuestros días.

Quizás el final del libro no sea muy optimista, pues como el propio Peter Lehr afirma: “Mientras esto no cambie, la piratería seguirá existiendo, lo que también significa que durante años o incluso décadas, personas de diferentes regiones decidirán dedicarse a la piratería por las mismas razones de siempre”.