Por Jose Luis Angulo.

Que la escritora noruega Erika Fatland es una gran viajera ya lo adivinamos al leer hace algún tiempo, Sovietistán. Un viaje por las repúblicas de Asia Central. En aquel largo periplo la autora recorrió sin descanso Turkmenistán, Kazajastán, Kirguistán, Tayiquistán y Uzbekistán, las cinco republicas exsoviéticas que lograron su independencia en 1.991 y en cuyos legendarios territorios conviven, no siempre de forma armoniosa, un rico y glorioso pasado con un incierto futuro.

Ahora, la editorial Tusquets se ha lanzado a publicar, La Frontera. Un viaje alrededor de Rusia a través de Corea del Norte, China, Mongolia, Kazajastan, Azerbaiyán, Georgia, Ucrania, Bielorussia, Lituania, Polonia, Letonia, Estonia, Finlandia, Noruega y también el Paso del Noreste.

Erika Fatland se embarca en este largo periplo durante más de dos años para visitar catorce países, que comparten entre todos, ni más ni menos que sesenta mil kilómetros de frontera con la gigantesca Rusia.

No fue sin duda un viaje fácil, pero agradecemos a la intrépida viajera haberse atrevido a realizar semejante y peligrosa aventura y por supuesto haber trasladado a un libro las vivencias vividas.

De su mano conoceremos, en la primera pagina del libro, que el cabo Dezhniov es el punto mas oriental del continente euroasiático y que Rusia debido, en parte a sus dimensiones y distancias nunca ha sido invadido por ningún ejercito extranjero. Su tamaño ha sido su mejor defensa. Pero ser vecino de tal gigante no es nada fácil. Rusia se considera, según la autora, un mundo en sí mismo y esta circunstancia condiciona a menudo las relaciones con los países vecinos.

A través de las más de seiscientas páginas de este extenso libro, iremos viajando por todos y cada uno de los países mencionados en el subtítulo del mismo.

La Historia, las historias, las anécdotas, la geografía, la política más reciente, las azarosas y peligrosas expediciones que deambularon por aquellos legendarios territorios y los hombres que en ellas participaron, los devenires de unos y otros, los conflictos bélicos, cruentas batallas o incluso sucesos a los que quizás no les prestamos demasiada atención, y que en este mundo globalizado, y a pesar de encontrarse a miles de kilómetros de nuestros hogares, nos afectan quizás mas de lo que muchos imaginamos, desfilaran de forma sencilla de la mano de la autora.

Erika Fatland comienza su viaje en la cerradísima y absurda Corea del Norte, dominada desde hace años por la dinastía Kim, y lo termina en Noruega, su país natal, que es por cierto el único país de los que se habla en el libro que nunca ha sido invadido por su gigantesco vecino. El libro esta dividido en tres grandes bloques, Asia, el Cáucaso y Europa, siendo su lectura muy amena ya que la autora tiene la habilidad de hacernos sentir cómplices de su viaje siendo a menudo las personas anónimas y corrientes las que dan con sus comentarios e historias mucha más frescura al relato.

Tampoco la joven Erika hace ascos a ningún tipo de transporte en pos de conseguir su propósito y llegar a la anhelada meta, y así la vemos subida en barcos, aviones, trenes de alta velocidad y otros no tan rápidos, autobuses locales, caballos, taxis, cargueros o kayaks. Como ella misma dice: ”Cruzar una frontera es una de las cosas más fascinantes que existen. Geográficamente, el traslado es mínimo, casi microscópico. Solo te desplazas unos metros, pero de golpe te hallas en otro universo. Algunas veces, todo es absolutamente diferente, desde el alfabeto y la moneda hasta las caras, los colores, los sabores, las fechas importantes y los nombres remarcables que la gente reconoce”.

Cruzando fronteras.

Así que, con la inestimables ayuda de Erika Fatland, y desde el cómodo sillón de nuestra casa lancemos a través de la lectura de este libro a realizar un apasionante viaje.