Por Jose Luis Angulo

Hace unos años estaba curioseando en una de las librerías del aeropuerto de Delhi, mientras esperaba para coger mi vuelo de regreso a España, cuando en una de las estanterías descubrí un libro de bonita portada y titulo sugerente, The Anarchy. The Relentless Rise of the East Indian Company, vi que el autor era William Darlymple, ni lo dude, lo compre de inmediato. El autor escoces es uno de mis escritores favoritos y sus libros tienen un lugar preferente en mi biblioteca, por eso felicito y agradezco a la editorial Desperta Ferro la publicación en español de este curioso libro.

El multipremiado William Darlymple es un historiador que convierte sus libros casi en novelas de aventuras. Es dicho, con el mayor de los respetos y como un elogio, una paciente rata de biblioteca que escarba, investiga y descubre datos, anécdotas, historias, personajes y situaciones y que cuando dispone de toda esa información se pone manos a la obra para mostrarnos hechos poco conocidos. En esta ocasión se atreve con la historia de una diabólica empresa, La Compañía de las Indias Orientales, que llego a contar con un poderoso ejército privado y que se hizo con el poder, en un corto espacio de tiempo, de las ricas provincias del sur de India a mediados del siglo XVIII. La que nació, en teoría como una empresa comercial, pronto demostró que su único objetivo era enriquecer a sus inversores. Poco, por no decir nada, importaba a aquellos hombres ambiciosos que bajo el paraguas de ser honrados comerciantes y mercaderes cometieron mil y una villanías.

En aquellos años, la India tenía una población de 150 millones de habitantes, es decir una quinta parte de la población mundial, era líder indiscutible de las manufacturas textiles y los dirigentes mogoles eran la viva imagen de la opulencia y la riqueza. India era un plato demasiado apetitoso para dejarlo escapar y aunque la empresa desde luego no sería fácil, los cuantiosos beneficios que proporcionaría justificarían sin duda el intento de hacerse con el Imperio mogol.

La Compañía de las Indias Orientales, en palabras del político Edmund Burke, se convirtió en “un Estado disfrazado de mercader” y que además contaba con el favor del Gobierno inglés, cosa que no fue muy difícil conseguir ya que muchos miembros del Parlamento recibían acciones de la Compañía.

Para los ingleses, que fueron los creadores de la Leyenda negra del Imperio español, la lectura de este documentadísimo libro no les será muy cómoda ya que irán descubriendo, página tras página, el expolio y saqueo sin límites que sufrió la India a manos de la Compañía. Atrás quedaran las ideas de que los tejes manejes de la Compañía fueron algo beneficioso y positivo para la India, nada más lejos de la realidad. Con la conquista y usurpación del territorio, los “mercaderes ingleses” se dieron cuenta que los beneficios se multiplicarían ya que no tendrían que comprar las mercancías y productos sino tan solo coger y llevarse lo que por derecho ya era suyo. Por ejemplo, durante la hambruna de 1.769, en la que se calcula que murieron más de un millón de personas, la Compañía en ese mismo periodo vio incrementados considerablemente sus beneficios especulando con el arroz.

En el libro, William Darlymple nos mostrara muchos de los personajes que fueron actores principales de aquel atroz momento histórico, por ejemplo, Robert Clive, que dirigió La Compañía y que detestaba la India y sus habitantes, y del que por cierto hay una estatua en el centro de Londres, el sultán Tipu, Mir Jafar, el último gran general mogol, el emperador Sha Alam, un hombre culto que sufrió en primera persona las tropelías de los británicos, incluso aparecen algunos antepasados del propio Dalrymple que de una forma u otra participaron en aquellos acontecimientos.

Ya os dije que soy ferviente admirador de William Dalrymple, así aquí va otra recomendación del mismo autor, El retorno de un rey. Desastre británico en Afganistán 1.839-1842 que también publico en su momento Desperta Ferro y de la que acaban de publicar una nueva edición.

En este libro el autor nos cuenta con todo lujo de detalles, el mayor desastre bélico sufrido por el Ejército Británico cuando en la primavera de 1.839 cerca de 200.000 soldados invadieron Afganistán para devolver el trono a Shah Shuja al Mulk y de esta forma poder contrarrestar la influencia, que en ese momento tenían los rusos, en esa apartada pero estratégica región. Tras los dos primeros años de relativa calma estallo la que se denominaría la Primera Guerra Anglo Afgana y donde las tropas británicas fueron totalmente aniquiladas por unos “barbudos y andrajosos montañeses”. El libro es un extenso y minucioso relato de un conflicto bélico, pero también, tal como afirmó Brian Sewell: “Donde sea que se lea este libro, cada página transporta al lector al calor del verano y a las gélidas nieves del invierno de Afganistán “

Sí años más tarde, tanto los rusos como los norteamericanos, hubieran estudiado a fondo la historia afgana, seguro que no habrían cometido los mismos errores que más de un siglo atrás también cometieron los británicos.

Dos interesantes libros, un mismo autor, y unos hechos, qué si bien se basan y describen hechos pasados, unos en la India y otros en Afganistán, tienen una lectura muy actual. Con el paso de los años parece que tan solo han cambiado el nombre de los actores principales, lamentablemente el argumento de fondo sigue siendo casi el mismo y el título de la obra bien podría ser, La historia se repite.