Por José Luis Angulo.

Japón es un lugar fascinante. Es el país del mundo que más veces he visitado y confieso que a pesar de considerar que lo conozco bastante bien hay todavía muchos lugares escondidos y desconocidos que aguardan mi próxima visita.

Por eso la reciente publicación del libro Historias de Japón, de mi buen amigo Xavier Moret, publicado por Península, es todo un revulsivo para, porque no viajar de nuevo, al País del Sol Naciente.

Xavier Moret conoce bien Japón, nos lo demuestra bien en su libro. Como buen periodista que es, al menos de aquellos de la vieja escuela, no escribe de oídas, es un todo terreno y lo mismo le da hablar con un escritor, qué con una geisha, con un guía, que con una cuentacuentos, con unos y con otros va hilvanado historias que le permitirán, párrafo a párrafo, contarnos un poco más de la Historia del país.  

Con el sugerente subtitulo, Viaje al país de los samuráis, del sushi y de la tecnología punta, Xavier ya nos hace desde el principio una declaración de intenciones de por donde ira su libro. Todo en él tendrá cabida. Xavier página a página ira armando su personal rompecabezas, nos contara de Tokio, de sus diferentes barrios, cada uno de ellos con una personalidad muy diferente, de sus tiendas, del complejo mundo de los samuráis y de sus códigos de honor, de jardines, de geishas, de la ceremonia del té, de las muchas y variadas comidas, de escritores, de Kamakura, de Nikko, del sagrado Monte Fuji, de la peregrinación por los 88 templos en la isla de Shikoku, de los onsen o baños, de los ryokan o alojamientos tradicionales, de Hiroshima, del templo de los gatos, de Naoshima, la isla de los museos, por supuesto de Kioto, de Nara, de Osaka, de Koyasan, la montaña sagrada para los budistas japoneses, del santuario de Ise, en este caso el lugar más sagrado para los sintoístas, de los Alpes Japoneses, de los kamikazes y un largo etcétera.

 Xavier es también un buen lector y amante del buen cine y muestra de ello son las numerosas recomendaciones que nos va soltando de vez en cuando. Por cierto, la extensa bibliografía del final del libro no tiene desperdicio.

Resulta difícil abandonar la lectura del libro. Para aquellos que todavía no hayan pisado Japón seguro que los animara a viajar hasta allí, y a los que como yo tenemos la fortuna de haber estado por aquellas lejanas geografías porque nos traerá recuerdos y también aportara datos y lugares desconocidos y es que como dice Xavier en las últimas líneas del libro: “Lo bueno que tiene Japón es que nunca se termina. Afortunadamente, siempre quedan cosas por ver y por hacer en este lejano país.”

Por cierto, tengo que confesar que me da mucha envidia, sana por supuesto, el capitulo dedicado a Alex Kerr, autor del maravilloso libro Japón Perdido.  Xavier no se conforma con visitar Chiiori Trust, la preciosa casa construida pacientemente por el escritor norteamericano en el valle de Iya, sino que además en un viaje posterior aprovecha la oportunidad de conocer personalmente al propio Alex Kerr. Eso es un golpe bajo amigo.

Lo dicho he disfrutado mucho leyendo este libro.

Para terminar, me quedo con algo que Xavier, que ya peina canas al igual que un servidor, escribe: “Viajar es la mejor manera que existe de engañar el paso del tiempo.” Nada que añadir a tan sabias palabras.  

Grande Xavier Moret.