Existen muchas formas de viajar; y como sabemos es una experiencia que agudiza los sentidos y las percepciones. Nuestros amigos de Ahora toca viajar han elaborado este interesante artículo que compartimos con todos vosotros y que también podéis ver a través de su blog, en el que reflejan como su viaje a Roma les ha permitido relacionar su experiencia con el mundo del cine… Y es que viajar abre nuestras mentes!!!

A continuación podéis leer el artículo «Cinco rincones que ver en Roma»:

Hay lugares que quedan ligados de forma irremediable al celuloide. Es lo que le sucede a Roma. La ciudad ya no puede ser la misma sin su reflejo en algunos de los populares fotogramas de Vacaciones en Roma (Roman Holiday).

La película dirigida por William Wyler y ganadora de tres Oscar en 1953 tenía, como todos recordamos,  tres protagonistas: La princesa Anna (Audrey Hepburn), un periodista llamado Joe Bradley (Gregory Peck) y a… Roma. Diríamos, con mala leche, que la sonrisa de la primera y los escenarios de la tercera anulan la presencia del segundo ¡Qué le vamos a hacer!

Pero lo cierto es que con Vacaciones en Roma se logró toda una innovación en el rodaje de exteriores. Estaba claro que por el tipo de proyecto, la ciudad debería tener una presencia real, por lo que los recurridos y apañados escenarios de cartón piedra que se venían utilizando entonces en los estudios de grabación, ésta vez, no serían efectivos.

No cabe duda de que la película es una maravillosa forma de viajar a Roma y, además, en blanco y negro, como viajaban los clásicos, con fotografías sencillas que cuentan historias. Es ver el logo de la Paramount con su pico estrellado y asemejarnos una línea aérea que nos va transporta al destino.

Una recomendación: Si quieres revivir la historia de la película, busca hoteles en Roma. Y recuerda las siguientes escenas:

FORO ROMANO
El lugar del encuentro. Allí Joe Bradley encuentra a la princesa tumbada en un banco algo indispuesta. Al igual que el Forum Magnun fue el epicentro de un imperio, también es el centro de una historia de amor que no puede ser.

ESCALERAS DE PLAZA DE ESPAÑA

Se trata de una de las plazas universales, conocida por todos y una visita irrenunciable cuando se viaja a Roma. Por ello mismo es uno de los puntos donde se concentra mayor número de visitantes en la ciudad. Pero siempre te lo puedes tomar con calma y comerte un helado imitando a la princesa de la película.

FONTANA DE TREVI

Una de las fuentes ornamentales y conjunto escultórico más importante del universo turístico. Incluso hay unos curiosos fotógrafos que gracias a un buen montaje te sacan una fotografía sin que te moleste ningún visitante. Así aparecerás tu solo en el encuadre. Te la entregan de inmediato. A ellos no les hace falta robar ninguna cámara, como sí le sucedió en la película a Gregory Peck para fotografiar a la princesa.

EL PANTEÓN

Según Miguel Ángel el Panteón de Agripa es un “Diseño angélico y no humano”, y si tienes la oportunidad de ver entrar el haz de luz cenital por la cúpula la sensación mística debe ser parecida a la que siente en la película Joe Bradley al mirar a la Princesa Anna, mientras desayunan sentados en una pequeña mesa del Caffe Roca en la plaza con vistas al Panteón. Hoy en día no existe el café; pero, es evidente que sí siguen en el mismo lugar el Panteón y la plaza.

PALACIO COLONA

Toda historia tiene un final; es más, toda historia de amores imposibles acaba en algún momento. Así sucede con nuestros dos protagonistas. Las obligaciones vencen a las emociones. Y es precisamente en una sala de este palacio aristocrático donde la Princesa Anna se despide de Roma y, en secreto público, como solo cuando el juego anda entre dos, de Joe Bradley, en una de las despedidas más dolorosas del cine.

Sin embargo, nos queda un consuelo, siempre tendremos la esperanza de un volverse a encontrar.