Por José Luís Angulo.

De niño me gustaba mirar los mapas, atlas y globos terráqueos, me pasaba horas recorriendo con la vista aquel inmenso Atlas del Reader´s Digest que había en mi casa. Escuchar o pronunciar la palabra “mapamundi“, hacía que mi imaginación se disparara y me viera recorriendo y explorando lejanas y desconocidas geografías. Con los años me he convertido en coleccionista de Atlas y también de globos terráqueos escritos en diferentes idiomas. Por eso la reciente publicación de 2 magníficos Atlas, publicados por Geoplaneta, han sido un soplo de alegría y felicidad en estos duros tiempos de confinamiento y obligada quietud. Confieso, que al igual que cuando era niño, he vuelto a viajar sin moverme de mi casa a través de las páginas de estos 2 curiosos libros.

Atlas de los Infortunios en el Mar de Cyril Hofstein y con ilustraciones de Karin Doering- Froger. En este libro se narran 30 curiosas y misteriosas historias acaecidas en los océanos. Unas son reales y otras como la del Holandés Errante, ese navío fantasma que no pudo volver a puerto y quedo condenado a vagar sin rumbo fijo, sin tocar tierra, por toda la eternidad, imaginarias.  A través de las páginas de este Atlas, desfilaran entre otros, el velero inglés Mignonette que en 1.884 naufrago con 4 tripulantes a bordo rumbo a Australia. De los 4 marinos, solo 3 sobrevivieron, ya que el joven grumete Richard Parker fue sacrificado para servir de alimento a los otros 3 supervivientes. Al ser rescatados por un navío alemán se conoció la historia. En un principio fueron condenados a muerte pero finalmente la Reina Victoria les conmuto la pena por 6 meses de prisión. También conoceremos el misterio del Vrouw Maria que se hundió en las costas finlandesas, cargado entre otras cosas, de 30 cuadros firmados por los mejores pintores del Siglo de Oro Holandés y que pertenecían a la emperatriz Catalina de Rusia. El Vasa, barco sueco que en 1.628 naufrago en su viaje inaugural, el Erebus y Terror, cuya desaparición provoco que durante años se convirtieran en el secreto mejor guardado en la exploración polar, el Beatrice, el Adventurer Galley del pirata ingles Capitán Kidd o lugares como la playa Chittagong en Bangla Desh, donde barcos moribundos son desguazados pieza a pieza y convertidos en chatarra. 

Historias terribles, dramáticas, la mayoría de ellas, que nos permitirán conocer los sucesos que acontecieron a algunos de los navíos mas afamados en su época.

No soy hombre de mar, nunca lo fui, pero si me atraen las historias de naufragios y muchas de las que se cuentan en este libro eran desconocidas para mí. He saboreado con cierta angustia cada página del libro y lo he hecho cómodamente sentado, no he tenido que sufrir ni terribles tormentas, ni verme azotado por fríos vientos, ni tampoco padecer las malas decisiones tomadas por inexpertos capitanes. Solo de imaginar las situaciones vividas por aquellos marinos hace que se me pongan los pelos de punta, asi que en esta ocasión me conformo con la lectura de sus aventuras y desde luego, y sin que sirva de precedente, no envidio a sus protagonistas.   

El segundo Atlas, solo por orden de aparición en librerías, pero no menos interesante que el anterior, nos llevara a través de su cautivadora lectura a fronteras, territorios sorprendentes y otras curiosidades geográficas. Su autor, el serbio Zoran Nikolic, confiesa su fascinación por la geografía, los mapas y los atlas, en una época en la que los mapas de papel son casi una reliquia. Quizás por ese motivo su Atlas de Fronteras Insólitas, se convierte en una “lectura apasionante para curiosos insaciables y para viajeros imaginativos que se arriesgan a ver mucho mas allá de lo que parecen en los mapas políticos oficiales”.

Descubriremos una ciudad alemana que no pertenece a la Unión Europea, ciudades que pertenecen a varios países, islas que han cambiado centenares de veces de dueños, territorios que pertenecen a un país pero están incrustados en otros, enclaves coloniales situados a más de 4.000 km de la “madre patria“, territorios que obligan a redefinir sus fronteras por la titularidad de un faro, ciudades compartidas por dos países con husos horarios diferentes y que celebran el Año Nuevo por partida doble, o un territorio habitado únicamente por población masculina.

Todas estas excentricidades o curiosidades son actuales y no hechos del pasado perdidos en escondidas bibliotecas, pero a pesar de estar en los mapas no muchas personas las conocen.

Muchos “culos inquietos”, entre los que por supuesto me incluyo, estamos deseando volver a preparar la mochila, y partir a territorios ignotos, pero mientras que llega ese ansiado momento podemos ir calentando motores con estas dos apasionantes lecturas.

Dice el refrán: “el que no se conforma es porque no quiere” así que por el momento toca disfrutar con la lectura de buenos libros y os aseguro que estos dos Atlas lo son. Hacerme caso y disfrutarlos, yo lo he hecho.